EXPLICACIÓN Y BASE
BÍBLICA
A. ¿QUÉ SON LOS ÁNGELES?
Podemos
definir a los ángeles de la manera siguiente: Los ángeles son seres creados,
espirituales, con juicio moral y alta inteligencia, pero sin cuerpos físicos.
1. SERES ESPIRITUALES CREADOS.
Los
ángeles no han existido siempre; son parte del universo que Dios creó. En un
pasaje que se refiere a los ángeles como el «ejército» de los cielos, Esdras
dice: «Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos,
con todo su ejército, ... y los ejércitos de los cielos te adoran» (Neh 9: 6,
RVR 1960; Sal 148: 2, 5). Pablo nos dice que Dios creó todas las cosas
«visibles e invisibles» por medio de Cristo y para él, y luego específicamente
incluye el mundo angélico con la frase «sean tronos, poderes, principados o
autoridades» (Col 1: 16).
El que
los ángeles ejercen juicio moral se ve en el hecho de que algunos de ellos
pecaron y cayeron de la posición que tenían (2ª P 2: 4; Jud 6; vea el capítulo
20). Su alta inteligencia se ve en toda la Biblia cuando hablan con personas
(Mt 28: 5; Hch 12:6-11; et al.) y cantan alabanzas a Dios (Ap 4: 11; 5: 11).
Puesto
que los ángeles son «espíritus» (Heb 1: 14) o criaturas espirituales,
ordinariamente no tienen cuerpos físicos (Lc 24: 39). Por consiguiente, por lo
general no los podemos ver a menos que Dios nos dé una capacidad especial para
verlos (Nm 22:31; 2 R 6:17; Lc 2:13). En sus actividades ordinarias de
guardamos y protege más (Sal 34:7; 91:11; Heb 1:14), y unirse a nosotros para
alabar a Dios (Heb 12: 22), son invisibles. Sin embargo, de tiempo en tiempo
los ángeles tomaron forma corporal para aparecerse a varios individuos en la
Biblia (Mt 28:5; Heb 13:2).
2. OTROS NOMBRES QUE SE DAN A LOS ÁNGELES.
La
Biblia a veces usa otros términos para referirse a los ángeles, tales como
«hijos de Dios» Gob 1: 6; 2:1), «santos» (Sal 89: 5, 7), «espíritus» (Heb 1:
14), «mensajeros» (Dn 4: 13,17,23), «tronos», «dominios», «principados» y
«autoridades» (Col 1: 16).
3. OTRAS CLASES DE SERES CELESTIALES.
Hay
otros tipos específicos de seres celestiales que se mencionan en la Biblia. Sea
que pensemos que son tipos especiales de «ángeles» (en un sentido amplio del
término), o que pensemos que son seres celestiales distintos de los ángeles,
con todo son seres espirituales creados que sirven y adoran a Dios.
A. «QUERUBINES»
A los
querubines se les dio la tarea de guardar la entrada del huerto del Edén (Gn
3:24), y frecuentemente se dice que Dios mismo tiene su trono entre querubines,
o que viaja montado en querubines (Sal 18: 10; Ez 10: 1-22).
Sobre
el arca del pacto en el Antiguo Testamento había dos figuras de oro de
querubines con alas extendidas sobre el arca, y allí Dios prometió ir a morar
entre su pueblo: «Yo me reuniré allí contigo en medio de los dos querubines que
están sobre el arca del pacto. Desde la parte superior del propiciatorio te
daré todas las instrucciones que habrás de comunicarles a los israelitas» (Éx
25: 22; vv. 18-21).
B. «SERAFINES»
Otro
grupo de seres celestiales, los serafines, se mencionan sólo en Isaías 6:2-7,
en donde continuamente adoran al Señor y claman el uno al otro: «Santo, santo,
santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria» (Is 6:
3).
C. SERES VIVIENTES.
Ezequiel
y Apocalipsis mencionan a otra clase de seres celestiales conocidos como «seres
vivientes» alrededor del trono de Dios (Ez 1:5-14; Ap 4:6-8).' Con su
apariencia de león, buey, hombre y águila, son los representantes más poderosos
de varias criaturas de Dios (bestias salvajes, animales domesticados, seres
humanos y aves), y adoran continuamente a Dios: «y día y noche repetían sin
cesar: "Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y
que es y que ha de venir"» (Ap 4:8).
4. RANGOS Y ÓRDENES ENTRE LOS ÁNGELES.
La
Biblia indica que hay rangos y órdenes entre los ángeles. A un ángel, Miguel,
se le llama «arcángel» en Judas 9, título que indica gobierno o autoridad sobre
otros ángeles. Se le llama «uno de los príncipes de primer rango» en Daniel 10:
13. Miguel parece ser un líder en el ejército angelical: Se desató entonces una
guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; éste y sus
ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencen (Ap 12:7-8).
Y
Pablo nos dice que el Señor volverá del cielo «con voz de arcángel» (1ª Ts 4:
16). Si esto se refiere a Miguel como el único arcángel, o si hay otros
arcángeles, la Biblia no nos lo dice.
NOTA: En hebreo la palabra querub es singular, en
tanto que el plural es querubim.
La palabra hebrea serafes singular, en tanto que
serafim es el plural.
Las descripciones difieren en algo entre Ezequiel y
Apocalipsis pero también tienen muchas similitudes. Es difícil decir si estos
son grupos diferentes de criaturas o si los de Apocalipsis han sido
transformados de la forma que tuvieron en la visión en Ezequiel.
No he contado a Satanás aquí, que es un ángel caido
y al que a veces también se le llama con otros nombres. (Vea capítulo 20, sobre
Satanás y los demonios).
5. NOMBRES DE ÁNGELES ESPECÍFICOS.
Solo
dos ángeles se mencionan específicamente en la Biblia: A Miguel se le menciona
en Judas 9 y Apocalipsis 12: 7-8, así como también en Daniel 10: 13, 21, en
donde se le llama «Miguel, uno de los príncipes de primer rango» (v. 13). Al
ángel Gabriel se le menciona en Daniel 8:16 y 9:21 como el mensajero que vino
de Dios a hablar con Daniel. A Gabriel también se le identifica como el
mensajero de Dios a Zacarias y a María en Lucas 1; el ángel le responde a
Zacarías: «Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios» (Lc 1: 19).
Después
leemos: «A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de
Galilea, a visitar a una joven virgen La virgen se llamaba María» (Lc 1:
26-27).
6. SÓLO EN UN LUGAR A LA VEZ.
La
Biblia frecuentemente presenta a los ángeles viajando de un lugar a otro, como
en el versículo mencionado arriba en donde leemos que «Dios envió al ángel
Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea» (Lc 1: 26). Esto se dice explícitamente
cuando un ángel se presentó ante Daniel y le dijo:
Tu Petición Fue Escuchada Desde El Primer Día. En Respuesta A Ella Estoy
Aquí. Durante Veintiún Días El Príncipe De Persia Se Me Opuso, Así Que Acudió
En Mi Ayuda Miguel, Uno De Los Príncipes De Primer Rango. Y Me Quedé Allí, Con
Los Reyes De Persia.
Pero Ahora He Venido A Explicarte Lo Que Va A Suceder Con Tu Pueblo En
El Futuro, Pues La Visión Tiene Que Ver Con El Porvenir (Dn 10: 12-14).
La
idea de que un ángel puede estar sólo en un lugar a la vez concuerda con el
hecho de que los ángeles son seres creados. A diferencia de Dios, que es
omnipresente, son criaturas finitas y por consiguiente limitados a estar en un
solo lugar a la vez, como todo lo demás que Dios ha creado.'
7. ¡CUÁNTOS ÁNGELES HAY?
Aunque
la Biblia no nos da una cifra del número de ángeles que Dios creó, es evidente
que hay un gran número de ellos. Leemos que Dios en el monte Sinaí «y vino de
entre diez millares de santos, con la ley de fuego a su mano derecha» (Dt 33:
2, RVR 1960). También leemos que «Los carros de guerra de Dios se cuentan por
millares» (Sal 68: 17). Cuando venimos a adorar entramos a la presencia de
«millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa» (He 12: 22).
Su
número es incluso más impresionantemente recalcado en Apocalipsis 5: 11, en
donde Juan dice: «Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban
alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de
ellos era millares de millares y millones de millones». Esta expresión indica
un número asombrosamente grande (desde el punto de vista humano); una asamblea
innumerable de seres angélicos que alababan a Dios.
NOTAS: No obstante, parece que un número grande de
ángeles puede estar en un solo lugar al mismo tiempo, por lo menos si el
ejemplo de ángeles malos o demonios es una buena indicación de este hecho.
Cuando Jesús le preguntó a las fuerzas demoniacas que estaban en el endemoniado
gadareno: «¿Cómo te llamas?» él dijo: «Legión», porque «habían entrado en él
muchos demonios» (Lc 8: 30).
Aun si no entendemos esto queriendo decir
literalmente una cantidad igual a una legión del ejército romano (3000 a 6000
hombres) e incluso si permitimos que puesto que Satanás es el padre de
mentiras, los demonios en el hombre pudieran haber estado exagerado
grandemente, Lucas con todo dice que «habían entrado en él muchos demonios».
EI término griego myrias (miríada) es una expresión
que se refiere a «un número muy grande, no definido exactamente» (BAGD, p.
529).
8. ¡TIENEN LOS SERES HUMANOS ÁNGELES DE LA GUARDA INDIVIDUALES?
La
Biblia claramente nos dice que Dios envía ángeles para nuestra protección: «Él
ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos
te levantarán para que no tropieces con piedra alguna» (Sa191: 11-12).
Pero
algunos han ido más allá de esta idea de protección general y se preguntan si
Dios designa un «ángel de la guarda» específico para cada individuo del mundo,
o por lo menos para cada creyente. Se ha hallado respaldo para esta idea en las
palabras de Jesús en cuanto a los niños: «En el cielo los ángeles de ellos
contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial» (Mt 18: 10).
Sin
embargo, nuestro Señor puede simplemente haber estado diciendo que los ángeles
que han sido asignados a la tarea de proteger a los niños pequeños tienen
acceso libre a la presencia de Dios. (Para usar una analogía atlética, los
ángeles pueden estar jugando una defensa de «zona», en lugar de una defensa «de
hombre a hombre»).
El que
los discípulos, de Hechos 12:15 hayan creído que el «ángel» de Pedro pudiera
haber estado tocando a la puerta, no necesariamente implica que creían en un
ángel de la guarda individual. Pudiera ser que creían que un ángel estaba
guardando o cuidando a Pedro en ese momento. Parece, por consiguiente, que no
hay en el texto de la Biblia ningún respaldo convincente a la idea de que existen
«ángeles de la guarda» individuales.
9. LOS ÁNGELES NO SE CASAN.
Jesús
enseñó que en la resurrección los seres humanos «no se casarán ni serán dadas
en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo» (Mt 22:
30; Lc 20: 34-36). Esto sugeriría que los ángeles no tienen el tipo de
relaciones familiares que existen entre los seres humanos. Por lo demás, la
Biblia guarda silencio en este punto, así que es sabio no intentar darse a la
especulación.
NOTA: 0tra posibilidad es que «ángel. En Mt 18: 10.
Y en Hch 12: 15 (en donde los discípulos piensan que el “ángel" de Pedro
está llamando a la puerta) quiere decir no un ser angélico sino el «espíritu)
de la persona que ha muerto; Para una defensa de esta opinion vea B. B.
Warfield, «The Angels of Christ's "Linle Ones,"» en Selected Shorter
Writings, ed. John E. Meeter (Presbyterian and Reformed,
Nutley, N.]., 1970), 1: 253-66; también O. A. Carson, «Matthew», EBC,
8:400-401.
El problema con esta interpretación es que no se ha
hallado ningún ejemplo claro en donde la palabra ángel (gr. angelos) quiera
decir «espíritu de una persona que ha muerto». Warfield (pp. 265-66), seguido
de Carson, cita dos supuestos ejemplos de literatura Judía extrabíblica: 1 Enoc
51:4 y 2 Baruc 51:5,12. Pero estos pasajes no son convincentes.
1 Enoc 51:4 simplemente dice: «y las caras de
[todos] los ángeles del cielo se iluminarán de gozo. (R. H. Charles, The Apocrypha and Pseudo pigrapha of the Old Testament,
2 vols. [Clarendon Press, Oxford, 1913], 2: 219), pero no dice que las personas
se convertirán en ángeles. 2 Baruc 51:5 indica que los justos serán
transformados «en el esplendor de ángeles. (Charles, 2:508), pero esto
simplemente quiere decir que resplandecerán como los ángeles, no que se
convertirán en ángeles.
En dos pasajes relacionados, 2 Baruc 51: 12 afirma
que los justos tendrán excelencia «superior a la de los ángeles., y 2 Baruc 51:
10 dice que «serán hechos como ángeles. (Charles, 2: 509), pero estos pasajes
no dicen que las personas se convertirán en ángeles, tampoco. Es más, puesto
que no hay ningún texto griego existente disponible para ninguno de estos tres
pasajes (1 Enoc es un texto etíope con algunos fragmentos griegos y 2 Baruc es
un texto siriaco), na son útiles para determinar el significado de la palabra
griega angelos.
Warfield también cita a
Acts of Paul and Thecla, ed. Tischendorf, p. 42, para. 5, ad finem, como diciendo: «Bienaventurados
los que temen a Dios, porque ellos llegarán a ser ángeles de Dios., pero el
texto data del siglo segundo d.C. (ODCC. p. 1049) Y no es una fuente confiable
de información respecto a lo que la iglesia primitiva creía o lo que enseña el
Nuevo Testamento.
0ebemos notar que esta afirmación de Jesús surge en
respuesta a la pregunta de los saduceos respecto a una mujer que se había
casado siete veces, y que Jesús dijo que la pregunta de ellos mostraba una
falta de conocimiento tanto de la Biblia como del «poder de Dios. (Mt 22: 29).
La respuesta de Jesús, por consiguiente, deberla confortamos y no inquietamos;
debemos contemplar al cielo, no con la tristeza por una expectación de
relaciones interpersonales disminuidas, sino con la alegría de la perspectiva
de relaciones más ricas. (Vea en el capítulo 20, pp. 431-32 una consideración
de «los hijos de Dios. Mencionados en Gn 6: 2,4).
10. EL PODER DE LOS ÁNGELES.
Evidentemente
los ángeles tienen mucho poder. Se les llama «paladines que ejecutan su
palabra» (Sal 103: 20) y «poderes» (Ef. 1: 21), y «dominios» y «autoridades»
(Col 1: 16). Los ángeles al parecer superan en fuerza y en poder a los seres
humanos rebeldes (2ª P 2: 11; Mt 28: 2). Por lo menos por el tiempo de su
existencia terrenal, los seres humanos son hechos «un poco menor que los
ángeles» (Heb 2: 7). Aunque el poder de los ángeles es grande, ciertamente no
es infinito, pero lo usan para batallar contra los poderes demoníacos del mal
que están bajo el control de Satanás (Dn 10: 13; Ap 12: 7-8; 20: 1-3) .9 No
obstante, cuando el Señor vuelva, seremos elevados a una posición más alta que
la de los ángeles (1ª Co 6: 3; véase sección C.1).
11. ¿QUIÉN ES EL ÁNGEL DEL SEÑOR?
Varios
pasajes de la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, hablan del ángel
del Señor de una manera que sugiere que era Dios mismo cuando tomó forma humana
para aparecer brevemente a varias personas en el Antiguo Testamento.
Algunos
pasajes se refieren a (el ángel del Señor) (no un ángel del Señor) como si
fuera el Señor mismo. Por ejemplo, «el ángel del Señor» que halló a Agar en el
desierto le prometió: «De tal manera multiplicaré tu descendencia, que no se
podrá contar» (Gn 16: 10), y entonces, «como el Señor le había hablado, Agar le
puso por nombre "El Dios que me ve"» (Gn 16: 13). De modo similar,
cuando Abraham está a punto de sacrificar a su hijo Isaac, «el ángel del Señor
le gritó desde el cielo» y le dijo: «Ahora sé que temes a Dios, porque ni
siquiera te has negado a darme a tu único hijo» (Gn 22: 12).
Cuando
«el ángel de Dios» se le apareció a Jacob en un sueño, le dijo: «Yo soy el Dios
de Betel, donde ungiste una estela y me hiciste una promesa» (Gn 31: 11,13). De
nuevo, cuando «el ángel del Señor» se apareció a Moisés en una llama de fuego
en medio de una zarza, le dijo: (Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob» (Éx 3: 2,6). Estas son claras instancias del
ángel del Señor o el ángel de Dios presentándose como Dios mismo, tal vez más
específicamente como Dios Hijo que por breve tiempo toma un cuerpo humano a fin
de aparecerse a seres humanos.
En
otras ocasiones parece que se hace alguna distinción entre el ángel del Señor y
Dios (vea 2 S24:16; Sal 34:7; Zac 1:11-13), y pasajes que mencionan «un ángel
del Señor» (por ej., Lc 1: 11) por lo general están hablando de un ángel
enviado de Dios.
NOTA: La Biblia no nos dice si los ángeles que
pecaron perdieron algo de su poder cuando se rebelaron contra Dios y llegaron a
ser demonios, o si su poder todavía sigue siendo el mismo como el que tenían
cuando eran ángeles.
B. ¿CUÁNDO FUERON CREADOS LOS ÁNGELES?
Todos
los ángeles deben haber sido creados antes del séptimo día de la creación,
porque leemos: «Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el
ejército de ellos» (Gn 2: 1, RVR 1960, entendiendo «ejército» como las
criaturas celestiales que habitan el universo de Dios). Incluso más explícito
que esto es la afirmación: «Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los
cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el
séptimo día» (Éx 20: 11). Por consiguiente, todos los ángeles fueron creados
por lo menos en el sexto día de la creación.
Pero,
¿podemos ser algo más específicos? Puede haber un indicio en la creación de los
seres angélicos en el primer día de la creación cuando leemos que «Dios, en el
principio, creó los cielos y la tierra» (Gn 1: 1), y luego inmediatamente
leemos que «la tierra era un caos total» (Gn 1:2), pero sin mención de los
cielos en el versículo 2. Esto puede sugerir que el estado inhabitable de la
tierra se indica en contraste con los cielos en donde, tal vez, Dios ya había
creado a los seres angélicos y les había asignado varias funciones y órdenes.
Esta
idea es hecha más plausible cuando leemos: «¿Sobre qué están puestos sus
cimientos, o quién puso su piedra angular mientras cantaban a coro las
estrellas matutinas y todos los ángeles gritaban de alegría?» (Job 38: 6-7). Si
los ángeles (los hijos de Dios9, RVR 1960) gritaban de gozo cuando Dios estaba
haciendo inhabitable la tierra, esto pudiera implicar que Dios creó los seres
angélicos temprano el primer día.
Sin
embargo, puesto que sólo tenemos indicios en la Biblia, debemos contentamos con
el hecho de que Dios no nos ha dado mucha información en cuanto al tiempo de la
creación de los ángeles. Cualquier especulación adicional, aparte de clara
información bíblica, parecería inútil. «Lo secreto le pertenece al Señor
nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para
siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley» (Dt 29: 29).
Algún
tiempo antes de que Satanás tentara a Eva en el jardín (Gn3: 1), numerosos
ángeles pecaron y se rebelaron contra Dios (2ª P 2: 4; Jud 6). Este
acontecimiento tuvo lugar evidentemente después del sexto día de la creación
cuando «Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno» (Gn
1: 31), pero aparte de esto, la Biblia no nos da ninguna otra información.
C. EL LUGAR DE LOS ÁNGELES EN EL PROPÓSITO DE DIOS
1. LOS ÁNGELES MUESTRAN LA GRANDEZA DEL AMOR DE DIOS Y SU PLAN PARA
NOSOTROS.
Los
seres humanos y los ángeles (usando el término ampliamente) son las únicas
criaturas morales y altamente inteligentes que Dios ha hecho. Por consiguiente
podemos entender mucho en cuanto al plan de Dios y su amor por nosotros cuando
nos comparamos con los ángeles.
La
primera distinción que hay que notar es que de los ángeles nunca se dice que
fueron hechos «a imagen de Dios», en tanto que de los seres humanos varias
veces se dice que son hechos a imagen de Dios (Gn 1: 26-27; 9: 6). Puesto que
ser a imagen de Dios quiere decir ser como Dios, lo parece justo concluir que
somos más parecidos a Dios incluso que los ángeles.
Esto
lo respalda el hecho de que Dios algún día nos dará autoridad sobre los
ángeles, para juzgarlos: «¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos?» (1ª
Co 6: 3).
Aunque
somos «un poco menor que los ángeles» (Heb 2: 7), cuando nuestra salvación sea
completa seremos exaltados por encima de los ángeles y gobernaremos sobre
ellos. Es más, incluso ahora, los ángeles ya nos sirven: «¿No son todos los
ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que
han de heredar la salvación?» (Heb 1: 14).
La
capacidad de los seres humanos de tener hijos como ellos mismos (Adán «tuvo un
hijo a su imagen y semejanza», Gn 5: 3) es otro elemento de nuestra
superioridad a los ángeles, que al parecer no pueden tener hijos (Mt 22: 30; Lc
20: 34-36).
También,
la grandeza del amor de Dios por nosotros se ve demostrada en relación con los
ángeles. Aunque muchos ángeles pecaron, ninguno fue salvo. Pedro nos dice que
«Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo,
metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio» (2ª P 2:4).
Judas
dice que «a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que
abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad
para el juicio del gran Día» Jud 6). Yen Hebreos leemos: «Ciertamente, no vino
en auxilio de los ángeles sino de los descendientes de Abraham» (Heb 2: 16).
Vemos,
por consiguiente, que Dios creó dos grupos de criaturas inteligentes y morales.
Entre los ángeles, muchos pecaron, pero Dios decidió no redimir a ninguno de
ellos. Fue perfectamente justo que Dios 10 hiciera, y ningún ángel jamás puede
quejarse de que Dios lo trató injustamente.
Ahora,
entre el otro grupo de criaturas morales, los seres humanos, también hallamos
que un gran número (todos, por cierto) han pecado y se han alejado de Dios.
Como con los ángeles que pecaron, Dios podía haber dejado que siguiéramos la
senda hacia la condenación eterna que escogimos. Si Dios hubiera decidido no
salvar a nadie de toda la raza humana, habría sido perfectamente justo que lo
hiciera, y nadie podría quejarse de injusticia de parte de él.
Pero
Dios decidió hacer mucho más que solo satisfacer las demandas de la justicia.
Decidió
salvar a algunos seres humanos pecadores. Si hubiera decidido salvar sólo a
cinco seres humanos de toda la raza humana, eso habría sido mucho más que
justicia; habría sido una gran demostración de misericordia y gracia. Si
hubiera decidido salvar solamente a cien de toda la raza humana, hubiera sido
una asombrosa demostración de misericordia y amor. Pero Dios, en verdad, ha
escogido hacer mucho más que eso. Ha decidido redimir de la humanidad pecadora
a una gran multitud, que nadie puede contar, «de toda raza, lengua, pueblo y
nación» (Ap 5: 9).
Esto
es misericordia y amor incalculables, mucho más allá de nuestra comprensión.
Todo
es favor inmerecido; todo es gracia. El asombroso contraste con la suerte de
los ángeles recalca esta verdad en nosotros.
El hecho
de que hemos sido salvados de una vida de rebelión contra Dios quiere decir que
por toda la eternidad podremos entonar cantos que los ángeles jamás podrán
cantar.
Redimido;
¡me encanta proclamarlo! Redimido por la sangre del Cordero;
Redimido
por su misericordia infinita; Su hijo, para siempre, yo soy.
Este
canto, y todos los grandes cantos que proclaman nuestra redención en Cristo,
son nuestros solamente. Los ángeles que no cayeron nos ven entonar estos cantos
y se regocijan (Lc 15: 10), pero nunca podrán hacerlos suyos.
2. LOS ÁNGELES NOS RECUERDAN QUE EL MUNDO INVISIBLE ES REAL.
Tal
como los saduceos del día de Jesús decían que «No hay resurrección, ni ángeles
ni espíritus» (HH. 23:8), muchos en nuestros días niegan la realidad de
cualquier cosa que no puedan ver. Pero la enseñanza bíblica de la existencia de
los ángeles es un constante recordatorio para nosotros de que hay un mundo
invisible que es muy real. Sólo cuando el Señor abrió los ojos del criado de
Eliseo a la realidad del mundo invisible el sirviente pudo verla: «Vio que la
colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo» (2ª R
6: 17; era un gran ejército de ángeles enviado a Dotán para proteger a Eliseo
de los sirios).
El
salmista, también, muestra que está consciente de un mundo invisible cuando
anima a los ángeles: «Alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus
ejércitos» (Sal 148: 2). El autor de Hebreos nos recuerda que cuando adoramos
entramos a la Jerusalén celestial para reunimos con «millares y millares de
ángeles, a una asamblea gozosa» (Heb 12: 22), a quienes no vemos, pero cuya
presencia debería llenamos de sobrecogimiento y gozo. El mundo incrédulo podrá
decir que hablar de los ángeles es superstición, pero la Biblia lo hace para
damos percepción de las cosas como realmente son.
3. LOS ÁNGELES SON EJEMPLO PARA NOSOTROS.
En su
obediencia y en su adoración, los ángeles son ejemplos dignos de que los
imitemos. Jesús nos enseña a orar: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo» (Mt 6: 10). En el cielo los ángeles cumplen la voluntad de Dios
inmediatamente, gozosamente y sin cuestionar. Debemos orar diariamente que
nuestra obediencia y la obediencia de otros sean como la de los ángeles en el
cielo. Ellos se deleitan en ser humildes siervos de Dios, y cada uno desempeña
fiel y gozosamente las tareas asignadas, sean grandes o pequeñas.
Nuestro
deseo y oración debería ser que nosotros y todos los demás en la tierra hagamos
lo mismo.
Los
ángeles también sirven como ejemplos para nosotros en su adoración a Dios. Los
serafines ante el trono de Dios ven a Dios en su santidad y continuamente
exclaman: «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está
llena de su gloria» (Is 6: 3). Y Juan ve alrededor del trono de Dios un gran
ejército de ángeles: «El número de ellos era millares de millares y millones de
millones. Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido
sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la
honra, la gloria y la alabanza!» (Ap 5: 11-12).
Así
como los ángeles hallan sumo gozo en alabar a Dios continuamente, ¿no
deberíamos nosotros también deleitamos cada día en entonar a Dios alabanzas, y
tenerlo como el uso más elevado y más digno de nuestro tiempo y nuestro mayor
gozo?
4. LOS ÁNGELES REALIZAN ALGUNOS DE LOS PLANES DE DIOS.
La
Biblia ve a los ángeles como siervos de Dios que realizan algunos de sus planes
en esta tierra. Traen mensajes de Dios a las personas (Lc 1: 11-19; Hch 8: 26;
10: 3-8,22; 27: 23-24). Ejecutan algunos castigos que Dios impone, como traer
una plaga sobre Israel (2ª S 24: 16-17), exterminar a los dirigentes del
ejército asirio (2ª Cr 32: 21), matar al rey Herodes porque no dio gloria a
Dios (Hch 12: 23), o derramar las copas de la ira de Dios sobre la tierra (Ap
16: 1). Cuando Cristo vuelva, los ángeles vendrán con él como un gran ejército
que acompaña a su Rey y Señor (Mt 16: 27; Lc 9: 26; 2ª Ts 1: 7).
Los
ángeles también patrullan la tierra como representantes de Dios (Zac 1: 10-11)
y libran guerra contra las fuerzas demoníacas (Dn 10: 13; Ap 12: 7-8). Juan, en
su visión, vio a un ángel descender del cielo, y anota que el ángel «sujetó al
dragón, a aquella serpiente antigua que es el diablo y Satanás, y lo encadenó
por mil años. Lo arrojó al abismo» (Ap 20: 1-3). Cuando Cristo vuelva, un
arcángel proclamará su venida (1ª Ts 4: 16; d. Ap 18: 1-2,21; 19: 17-18;).
5. LOS ÁNGELES GLORIFICAN DIRECTAMENTE A DIOS.
Los
ángeles también tienen otra función: sirven directamente a Dios glorificándolo.
Por tanto, además de los seres humanos, hay otras criaturas morales e
inteligentes que glorifican a Dios en el universo.
Los
ángeles glorifican a Dios por lo que Dios es en sí mismo, por su excelencia.
Alaben al Señor, ustedes sus ángeles, paladines que ejecutan su palabra y
obedecen su mandato (Sal 103: 20; 148: 2).
Los
serafines continuamente alaban a Dios por su santidad (Is 6: 2-3), como también
los cuatro seres vivientes (Ap 4: 8).
Los
ángeles también glorifican a Dios por su gran plan de salvación conforme se
desenvuelve. Cuando Cristo nació en Belén, una multitud de ángeles alabó a Dios
y dijo: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su
buena voluntad» (Lc 2: 14; Heb 1: 6).Jesús nos dice: «Les digo que así mismo se
alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente» (Lc 15: 10), lo
que indica que los ángeles se regocijan cada vez que alguien se convierte de
sus pecados y confía en Cristo como Salvador.
Cuando
Pablo proclama el evangelio para que las personas de diverso trasfondo racial,
lo mismo judíos que griegos, sean llevadas a la iglesia, ve el sabio plan de
Dios para la iglesia exhibido ante los ángeles (y demonios), porque dice que
fue llamado a predicar a los gentiles para «que la sabiduría de Dios, en toda
su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y
autoridades en las regiones celestiales » (Ef. 3: 10). Y Pedro nos dice que
«Aun los mismos ángeles anhelan contemplar» (1ª P 1: 12) las glorias del plan
de salvación conforme se realiza en la vida de creyentes individuales cada día.
ll Pablo también nota que Cristo fue «visto por los ángeles» (1ª Ti 3: 16), lo
que sugiriere que ellos glorifican a Dios por la vida de obediencia de Cristo.
Es más, el hecho de que las mujeres debían vestirse de manera que
apropiadamente señale que son mujeres, «a causa de los ángeles» (1ª Co 11: 10),
cuando la iglesia se reunía para adorar, indica que los ángeles presencian la
vida de los cristianos y glorifican a Dios por nuestra adoración y obediencia.
De
hecho, Pablo le recuerda a Timoteo, cuando quiere enfatizar la seriedad de un
mandamiento, que desempeñamos nuestras acciones en presencia de testigos
angélicos: «Te insto delante de Dios, de Cristo Jesús y de los santos ángeles,
a que sigas estas instrucciones sin dejarte llevar de prejuicios ni
favoritismos) (1ª Ti 5: 21; 1ª Co 4: 9). Si Timoteo sigue las instrucciones de
Pablo, los ángeles presenciarán su obediencia y glorificarán a Dios; si deja de
obedecer, los ángeles también lo verán y se entristecerán.
NOTA: El tiempo presente del verbo epitzymousin
«anhelan), da el sentido de «estar anhelando continuamente, incluso en el
tiempo presente» mirar estas cosas. Este anhelo incluye una curiosidad santa
para presenciar y deleitarse en las glorias del reino de Cristo conforme se
realizan más plenamente en las vidas de los creyentes individuales en toda la
historia de la iglesia (vea la consideración en Wayne Grudem, 1 Peter, p. 73).
D. NUESTRA RELACIÓN CON LOS ÁNGELES
1. DEBEMOS ESTAR CONSIENTES DE LOS ÁNGELES EN NUESTRA VIDA DIARIA.
La
Biblia dice claramente que Dios quiere que estemos conscientes de la existencia
de los ángeles y de la naturaleza de su actividad. No debemos, por
consiguiente, dar por sentado que su enseñanza en cuanto a los ángeles no tiene
nada que ver con nuestra vida. Más bien, hay varias maneras en que nuestra vida
cristiana será enriquecida si nos percatamos de la existencia y ministerio de
los ángeles en el mundo incluso hoy.
Cuando
nos presentamos ante Dios en adoración, estamos uniéndonos no solamente con la
gran compañía de creyentes que han muerto y han entrado a la presencia de Dios
en el cielo, «a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección»,
sino también a una gran multitud de ángeles, «a millares y millares de ángeles,
a una asamblea gozosa» (Heb 12: 22-23). Aunque ordinariamente no vemos ni oímos
evidencia de esta adoración celestial, ciertamente enriquece nuestro sentido de
reverencia y gozo en la presencia de Dios si apreciamos el hecho de que los
ángeles se unen a nosotros en la adoración a Dios.
Es
más, debemos darnos cuenta de que los ángeles están presenciando nuestra
obediencia o desobediencia a Dios todo el día. Incluso si pensamos que hacemos
nuestros pecados en secreto y no afligen a nadie más, debemos considerar
aleccionador el pensamiento de que tal vez incluso cientos de ángeles
presencian nuestra desobediencia y se afligen." Por otro lado, cuando
estamos desalentados y pensamos que nuestra obediencia fiel a Dios no la
presencia nadie y no es estímulo para nadie, podemos consolamos al damos cuenta
de que tal vez cientos de ángeles presencian nuestra lucha solitaria, y
diariamente anhelan contemplar la manera en que la gran salvación de Cristo
halla expresión en nuestra vida.
Como
para hacer más vívida la realidad de la observación de los ángeles de nuestro
servicio a Dios, el autor de Hebreos sugiere que los ángeles pueden a veces
tomar forma humana, al parecer para hacer «visitas de inspección», algo así
como el periodista que es crítico de restaurantes y de incógnito visita un
nuevo restaurante.
Leemos:
«No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin
saberlo, hospedaron ángeles» (Heb 13: 2; Gn 18: 2-5; 19: 1-3). Esto debería
hacemos más deseosos de ayudar en sus necesidades a otros quienes no conocemos,
siempre preguntándonos si algún día llegaremos al cielo y conoceremos al ángel
a quien ayudamos cuando se apareció como un ser humano en dificultades aquí en
la tierra.
Cuando
somos librados repentinamente del peligro o la aflicción, podemos sospechar que
Dios ha enviado ángeles para ayudamos, y debemos estar agradecidos. Un ángel
cerró la boca de los leones para que no le hicieran daño a Daniel (Dn 6: 22),
libró a los apóstoles de la cárcel (Hch 5: 19-20), más adelante libró a Pedro
de la cárcel (Hch 12: 7-11), y ministró a Jesús en el desierto en un tiempo de
gran debilidad, inmediatamente después de que sus tentaciones terminaron (Mt 4:
11).
12Esto
no es negar que el disuasivo primordial contra pecar debe ser el temor de
desagradar a Dios mismo; es simplemente decir que as! como la presencia de
otros seres humanos sirve como un disuasivo adicional, as! También de
conocimiento de la presencia de ángeles debe también servimos como disuasivo.
Cuando
un carro hace un viraje repentino para no atropellarnos, cuando repentinamente
hallamos pie y eso impide que nos arrastre un río rugiente, cuando caminamos
sin sufrir daño por un vecindario peligroso, ¿no deberíamos sospechar que Dios
ha enviado a sus ángeles para protegernos? ¿Acaso no promete la Biblia: «Él
ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos
te levantarán para que no tropieces con piedra alguna» (SaI91: 11-12)? ¿No
deberíamos, por consiguiente, agradecer a Dios por enviar a los ángeles para protegernos
en tales momentos? Parece correcto que lo hagamos.
2. PRECAUCIONES EN CUANTO A NUESTRA RELACIÓN CON LOS ÁNGELES.
A. CUIDADO CON RECIBIR FALSA
DOCTRINA DE ÁNGELES.
La
Biblia nos advierte que pudiéramos recibir falsa doctrina de falsos ángeles.
«Aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio
distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición (Gá 1: 8).
Pablo hace esta advertencia porque sabe que hay una posibilidad de engaño.
Dice: «Satanás mismo se disfraza de ángel de luz» (2ª Co 11: 14).
De
modo similar, el profeta mentiroso que engañó al hombre de Dios en 1ª Reyes 13
adujo: (Un ángel, obedeciendo a la palabra del Señor, me dijo: "Llévala a
tu casa para que coma pan y beba agua"» (1ª R 13: 18). Sin embargo el
texto de la Biblia inmediatamente añade en el mismo versículo: «Así lo engañó».
Todas
estas son instancias de doctrina o instrucción falsa traída por ángeles. Es
interesante que estos ejemplos muestran la clara posibilidad de engaño satánico
para tentarnos a desobedecer las claras enseñanzas de la Biblia o los claros
mandamientos de Dios (1ª R 13: 9). Estas advertencias deberían impedir que un
creyente se deje engañar por las afirmaciones de los mormones, por ejemplo, de
que un ángel (Moroni) le habló a José Smith y le reveló las bases de la
religión mormona.
Tal
«revelación» es contraria a las enseñanzas de la Biblia en muchos puntos (con
respecto a doctrinas tales como la Trinidad, la persona de Cristo, la
justificación por la fe sola, y muchas otras), y los cristianos deberían estar
advertidos y no aceptar tales afirmaciones.14 El cierre del canon de la Biblia
(vea capítulo 3) debería también advertirnos que no habrá revelación adicional
de doctrina procedente de Dios, y cualquier afirmación de haber recibido
revelación adicional de doctrina de ángeles se debe rechazar de inmediato como
falsa.
NOTA: Note también el informe en Lucas 22: 43 de
que cuando Jesús estaba orando en el huerto del Getsemaní, «se le apareció un
ángel del cielo para fortalecerlo». Este texto tiene atestiguamiento antiguo
sustancial.
Por supuesto, hubo ocasiones en la Biblia cuando
verdad doctrinal vino por medio de ángeles (Lc 1: 13-20, 30-37; 2: 10-14; Hch
1: 11; Heb 2: 2). Los pasajes de advertencia mencionados arriba prohíben recibir
de ángeles doctrina contraria a la Biblia.
B. NO HAY QUE ADORAR A LOS
ÁNGELES NI ORARLES NI BUSCARLOS.
«La
adoración de ángeles » (Col 2: 18) era una de las doctrinas falsas que se
estaban enseñando en Calosas.
Es
más, en el libro de Apocalipsis un ángel le pide a Juan que no lo adore: «¡No,
cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al
testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios!» (Ap 19: 10).
Tampoco
debemos orar a los ángeles. Debemos orar sólo a Dios, quien es el único omnipotente
y por consiguiente capaz de contestar la oración, y el único omnisciente por
consiguiente capaz de oír las oraciones de todo su pueblo a la vez.
En
virtud de su omnipotencia y omnisciencia, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo
también son dignos de que se les ore, pero esto no es cierto de ningún otro
ser. Pablo nos advierte en contra de pensar que pueda haber otro «mediador»
entre nosotros y Dios, porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y
los hombres, Jesucristo hombre» (1ª Ti 2: 5). Si oráramos a los ángeles, eso
implícitamente les atribuiría un estatus igual al de Dios, y no lo debemos
hacer. No hay ningún ejemplo en la Biblia de alguien que ore a un ángel
específico o pida ayuda a los ángeles.
Es
más, la Biblia no nos autoriza a que busquemos que los ángeles se nos
aparezcan.
Estos
se manifiestan sin que los busquemos. Buscar tales apariciones sería señal de
curiosidad malsana o de un deseo de presenciar algo espectacular, en vez de
señal de amor a Dios y devoción a él y su obra. Aunque los ángeles en efecto se
aparecieron a personas en diferentes ocasiones en la Biblia, los individuos
evidentemente nunca buscaron esas apariciones. Nuestro papel es más bien hablar
al Señor, quien es el comandante de todas las fuerzas angélicas. Sin embargo,
no parece ser errado pedir que Dios cumpla su promesa del Salmo 91: 11 y envíe
a sus ángeles para protegernos en tiempos de necesidad.
C. ¿SE APARECEN LOS ÁNGELES A
PERSONAS HOY?
En el
período más temprano de la historia de la iglesia, los ángeles estaban activos.
Un ángel le dijo a Felipe que fuera al sur, a un camino que iba de Jerusalén a
Gaza (Hch 8: 26), le instruyó a Camelia que enviara un mensajero a pedirle a
Pedro a que fuera desde Jope (Hch 10: 3-6), instó Pedro a levantarse y salir de
la cárcel (Hch 12: 6-11), y le prometió a Pablo que nadie del barco se perdería
y que él mismo comparecería ante el césar (Hch 27:23-24).
Es
más, el autor de Hebreos anima a sus lectores, ninguno de los cuales eran
apóstoles y ni siquiera primera generación de creyentes asociados con los
apóstoles (vea Heb 2: 3), que ellos debían continuar mostrando hospitalidad a
extraños, al parecer con la expectación de que podrían en algún momento
hospedar ángeles sin darse cuenta (Heb 13: 2).
No
parece haber, por consiguiente, razón contundente para descartar la posibilidad
de apariciones angélicas hoy. Algunos disputarían esto en base a que la
suficiencia de la Biblia (vea capítulo 8) y el cierre de su canon (vea capítulo
3) descartan la posibilidad de manifestaciones angélicas hoy. Dirían que no
debemos esperar que Dios se comunique con nosotros por medio de ángeles.
Sin embargo, esta conclusión no convence.
Aunque los ángeles no añadirían al contenido doctrinal o moral de la Biblia,
Dios podría comunicarnos información por medio de ángeles como lo hace mediante
la profecía!" o mediante la comunicación ordinaria de parte de otras
personas, o mediante nuestra observación del mundo. Si Dios puede enviar a otro
ser humano para que nos advierta del peligro o nos anime cuando estamos
desalentados, no parece haber razón inherente por la que él no podría
ocasionalmente enviar a un ángel para que hiciera esto igualmente.
NOTA: Y en la consideración de la cesación de
algunos dones espirituales, en el capítulo 52, más adelante.
Sin embargo,
debemos usar extrema precaución al recibir orientación de un ángel si tal
acontecimiento inusual se presentara. (Tal vez valga la pena notar que muy
pocas instancias de tales acontecimientos se registran hoy, y que muchos de
estos incluyen la comunicación de doctrina contraria a la Biblia, indicando que
en realidad son apariciones de demonios.) El hecho de que los demonios puedan
presentarse como ángeles de luz (vea 2ª Co 11: 14) debe advertimos de que la
aparición de cualquier criatura que parezca un ángel no garantiza que ésta
hable la verdad; la Biblia es nuestra guía, y ninguna criatura angélica puede
dar enseñanza autorizada que sea contraria a la Biblia (vea Gá 1:8).
Una
aparición de ángeles hoy sería inusual. Si alguna (aparentemente) tuviera lugar,
debemos evaluarla con cuidado. Pero no hay razón convincente para decir que tal
acontecimiento no puede suceder en lo absoluto, particularmente en un tiempo de
extremo peligro o intenso conflicto con las fuerzas del mal.
PREGUNTAS
PARA APLICACIÓN PERSONAL
1. ¿Cómo podría afectar este capítulo la manera en que usted piensa en
cuanto a los ángeles de aquí en adelante? ¿Qué diferencia haría en su actitud
en la adoración si pensara que está en presencia de ángeles cuando usted está
cantando alabanzas a Dios?
2. ¿Piensa usted que hay ángeles que le están contemplando ahora mismo?
¿Qué actitud o actitudes piensa usted que tienen al observarlo? ¿Alguna vez ha
experimentado un sentido sorprendentemente elevado de gozo después de orar con
alguien que recibe a Cristo como Salvador personal? ¿Piensa usted que un
aspecto que contribuye a ese gozo pueda ser que los ángeles también se
regocijan con usted debido a que un pecador se ha arrepentido (Lc 15: 10)?
3. ¿Alguna vez ha experimentado algún rescate milagroso de peligro fisico
o de otro tipo, y se ha preguntado si los ángeles intervinieron para ayudarle
en ese momento?
4. ¿Cómo puede el ejemplo de ángeles que gozosa y fielmente desempeñan sus
tareas asignadas, sean grandes o pequeñas, ser de ayuda para usted en las
responsabilidades que enfrenta hoy, sea en su trabajo, en su casa o en la
iglesia?
5. ¿Cómo piensa usted que se sentirá cuando Dios le pida que juzgue a los
ángeles (1ª Co 6:3)? Explique lo que ese hecho le dice en cuanto a la grandeza
de su humanidad creada a imagen de Dios.
TÉRMINOS
ESPECIALES
Ángel,
Ángel del Señor, arcángel, hijos de Dios, mensajeros, Miguel, principados y
potestades, querubín, serafín, seres vivientes
PASAJE BÍBLICO PARA MEMORIZAR
Apocalipsis 5: 11-12: Luego Miré, Y Oí La Voz De Muchos Ángeles Que
Estaban Alrededor Del Trono, De Los Seres Vivientes Y De Los Ancianos. El
Número De Ellos Era Millares De Millares Y Millones De Millones. Cantaban Con
Todas Sus Fuerzas: «¡Digno Es El Cordero, Que Ha Sido Sacrificado De Recibir El
Poder, La Riqueza Y La Sabiduría, La Fortaleza Y La Honra, La Gloria Y La
Alabanza!»